Comunicado de la Asamblea de Ordinarios Católicos de Tierra Santa
Comunicado de la Asamblea de Ordinarios Católicos de Tierra Santa.
“Por amor a Jerusalén, no me callaré…” (Isaías 62, 1-2)
Anoche, un grupo de colonos israelíes, portando banderas, cantando y gritando, entraron en la Ciudad Vieja de Jerusalén por la Puerta Nueva. Los turistas se encontraban entonces sentados en un restaurante, disfrutando del ambiente tranquilo del barrio, hasta que este grupo comenzó a hostigarlos y destrozar el mobiliario de los comercios y restaurantes ubicados a su alrededor. Esta violencia no provocada ha infundido miedo en los comerciantes y residentes del barrio cristiano, así como en los transeúntes. No terminó hasta una hora más tarde cuando llegó la policía y se llevó a los agresores.
Este es solo el último episodio de una serie de violencia religiosa que afecta los símbolos de la comunidad cristiana y más allá.
En nombre de la Asamblea de Ordinarios Católicos de Tierra Santa, condenamos tales ataques y expresamos nuestra preocupación por la escalada de violencia en la Ciudad Santa. Este último hecho se produjo en la calle que conduce al Santo Sepulcro, el lugar cristiano más sagrado del mundo, y en el barrio cristiano, que alberga numerosos monasterios e iglesias.
Es prioritario que las autoridades políticas y religiosas trabajen, según la responsabilidad de cada una, para que la vida civil y religiosa de la ciudad recobre mayor serenidad. Jerusalén debe seguir siendo la patria de los creyentes de todas las religiones y no ser rehén de los grupos radicales.
