LIMASSOL – El 29 de Julio de 2020, en los renovados edificios de las bodegas de la autoridad portuaria de Chipre ubicados en la plaza del antiguo puerto de Limassol, se realizó la inauguración de la exhibición “Los latinos de Chipre”. Abrió la exhibición Dimitris Syllouris, presidente del parlamento chipriota. Estuvieron también presentes el embajador italiano Andrea Cavallari y la representante de la Comunidad Latina en la “House of Representatives” Antonella Mantovani. En este momento, la “Media Office” del Patriarcado Latino desea mostrar la historia de esta comunidad que ha contribuido de forma significativa en la heredad de la Isla como también en el desarrollo de la sociedad chipriota contemporánea.
La exhibición “Los latinos de Chipre” estará abierta al publico hasta el 19 de octubre de este año, en los renovados edificios de las bodegas (Hall M) de la autoridad portuaria de Chipre, ubicados en la plaza del antiguo puerto de Limassol.
La exhibición contiene material histórico y fotográfico como también objetos relacionados con los tantos siglos de presencia Latina en Chipre. Toda la información esta disponible en griego, inglés e italiano.
El presidente del parlamento chipriota, Dimitris Syllouris, abrió la exhibición junto a Antonella Mantovani, representante de la comunidad latina en la “House of Representatives” (Asamblea Nacional). Estuvo también presente el embajador de Italia en la Republica de Chipre.
Los latinos de Chipre – historia y sociedades
La presencia de católicos latinos en Chipre ha sido ininterrumpida desde 1192, casi mil años de existencia. Aunque si su peso demográfico y el estatus legal de esta comunidad evolucionó de forma continua con los diferentes poderes ocupantes hasta la independencia de la Isla y su reconocimiento oficial como grupo religioso, su contribución al desarrollo económico, cultural y social de la isla ha sido constante. Hoy en día, los chipriotas latinos conforman una respetada comunidad reconocida por el estado, cuya pertenencia una sociedad de mayoría griega es ilustrada, sobre otras cosas, por la extensión patrimonial, tangible e intangible, legada al pueblo chipriota.
Los primeros contactos de latinos con Chipre data hacia el año 1126 por medio de comerciantes de Venecia y Génova. Sin embargo, la historia de la comunidad latina en Chipre comienza en 1192 con migrantes católicos – Romanos, Cilicianos y gente del Levante – invitados por el rey franco de Jerusalén. En 1196, un arzobispo latino tomo lugar en Nicosia, la actual capital chipriota, acompañado por otros tres obispos que tomaron lugar en Famagusta, Limassol y Paphos – a causa de las muchas ordenes Católicas Romanas llegadas durante los periodos Francos y Venecianos (1192-1489 y 1489-1570). Durante este intervalo de tiempo, los latinos de Chipre representaban entre un 15% a un 20% de la población, y ejercitaban una influencia significativa como nobleza gobernante.
La conquista Otomana de la Isla dio fin a este periodo de oro, causando el exilio de miles de fieles latinos y la disolución oficial de la Iglesia. El clero – franciscanos y otros – de alguna u otra forma lograron mantener una presencia en la Isla. Desde el siglo XVII en adelante, el rol jugado por los consulados en Larnaca, brindo apoyo a los muchos migrantes europeos quienes eran banqueros, doctores, corredores de propiedad y comerciantes. Su presencia contribuyo al desarrollo de la pequeña comunidad de aquella ciudad. Comunidades religiosas erigieron escuelas, como la escuela “Terra Santa” establecida en el año 1646 por los franciscanos, y la escuela “Saint Joseph” fundado por las hermanas del mismo nombre en 1844.
Desde 1878, la política de tolerancia religiosa que caracterizó el periodo británico, reforzó a la comunidad latina, cuyas escuelas se multiplicaron en las diferentes ciudades de Chipre, permitiendo que los latinos se integrasen completamente en la sociedad chipriota.
Cuando Chipre logró su independencia (1960), la comunidad católica latina obtuvo otro paso importante en su libertad en el momento en que fue reconocida por el estado como grupo religioso. Entonces ganó un representante electo en el Parlamento[1].
A pesar de la invasión turca de 1974, la que convirtió a muchas familias católicas en refugiados, la comunidad católica latina continuo a crecer, prosperar y fortalecer su contribución al desarrollo de la Isla, en todos sus aspectos, especialmente en asuntos educativos. Escuelas latinas de alto nivel académico han educado a miles de estudiantes de diferentes orígenes religiosos y étnicos. Hoy en día, solo dos establecimientos operan en el territorio chipriota, Terra Santa College en Nicosia y Sainte-Marie School en Limassol.
Por otra parte, los chipriotas latinos están orgullosos de su excepcional patrimonio arquitectónico y lingüístico, realizado principalmente en los periodos francos y venecianos. Ellos construyeron muchos monumentos (fortalezas, castillos, monasterios, catedrales y capillas) y han agregado palabras – aun en uso – al dialecto chipriota.
Desde 1847 ha estado presente un Vicario Patriarcal Latino[2] bajo la autoridad del Patriarcado Latino de Jerusalén, la cual tiene cuatro parroquias en la Isla. El Patriarcado gestiona la Iglesia de San Pablo en Paphos, y los franciscanos las otras tres. Apoyan al Vicario once presbíteros residentes en Nicosia, realizando su apostolado en la capital, Limassol, Larnaca y Paphos. Estas ciudades que son hogar a una docena de iglesias y capillas latinas distribuidas equitativamente en estas cuatro localidades.
La comunidad latina es también muy activa a nivel asociativo. Muchas organizaciones humanitarias, sociales y caritativas (refugio de trabajadores extranjeros, casas de retiro) existen hoy en la Isla. También cabe destacar que revistas mensuales o bimensuales son publicadas, ya sea, por las parroquias como por la Sra. Antonella Mantovani que es la representante de la comunidad latina en el parlamento
La exhibición esta abierta al publico desde el 29 de julio hasta el 20 de septiembre, entre 17:00 a 20:00 horas, y desde el 21 de septiembre hasta el 19 de octubre, entre 13:00 y 17:00 horas.