Este año, Su Beatitud Pierbattista Pizzaballa, en su carta de 6 de enero, propuso para el domingo 22 de enero, día dedicado a la Palabra de Dios, la lectura completa del Nuevo Testamento.
Esta iniciativa será anunciada a los fieles, ofreciendo momentos de lecturas comunitarias, etc., durante las misas dominicales, así como en diversas ocasiones comunitarias. Todos deben poder organizarse para la lectura. Para que todos puedan participar, ofrecemos, a través de la imagen a continuación, "Secciones NT" (una división del Nuevo Testamento), invitándole a informar de su participación y las secciones elegidas antes del viernes 20 de enero, enviando un correo electrónico a la siguiente dirección: [email protected].
Como que este año, como el pasado año, es también una lectura completa del Nuevo Testamento, sugerimos que en la elección de los textos, en la medida de lo posible, se dé preferencia a la lectura completa de un libro. Es por eso que la tabla preparada anteriormente divide el Nuevo Testamento en cuatro partes principales, de acuerdo con la extensión de los libros.
Ya se trate de comunidades o de individuos, quienes dispongan de más tiempo para dedicarse a esta lectura pueden optar por uno de los libros más extensos, mientras que quienes no dispongan de mucho tiempo podrán optar por un libro breve, o incluso una sola sección de un solo capítulo. De esta manera, todos podemos participar en el éxito de este día y en su construcción común. Lo que importa no es la cantidad, sino el espíritu y la generosidad con que cada uno responde a esta iniciativa que construye la comunidad. Cada uno da según sus posibilidades y, como dice el Apóstol: "Que cada uno dé como haya decidido en su corazón, sin dolor ni coacción, porque Dios ama a quien da con alegría" (cf. 2Co 9, 7). ¡Cada caso será siempre una medida completa!
También será muy valiosa la participación de las personas mayores de nuestras familias en sus hogares.
Algunas otras sugerencias simples también pueden ser útiles. Leer la Palabra con soltura y atención permite que penetre en nosotros; y, como sugiere una antigua enseñanza de la Iglesia, escoger un versículo que nos impactó, releerlo, memorizarlo y repetirlo a lo largo del día como una oración son operaciones sencillas que nos ayudan a memorizar la Palabra de Dios.
También dirigimos un pensamiento especial a las muchas familias que, por diversas razones, se ven obligadas a vivir separadas (por el muro de separación, la emigración o el trabajo): leer un texto juntos, incluso a distancia, es una oportunidad para fortalecer la unidad en el seno de la familia, crecer en la caridad, conservar la fe y mantener la esperanza.
Finalmente, siguen siendo fructíferas las indicaciones dadas el año pasado, como incluir la lectura del Nuevo Testamento en nuestros momentos habituales de oración comunitaria; proporcionar un tiempo especial para esta lectura; leer ciertos textos con los niños; dar algún relieve a esta lectura mediante una acción especial, como colocar el Nuevo Testamento en un lugar apropiado; iniciar y finalizar la lectura con una oración, un momento de silencio después de la lectura o un canto, etc.
En el sitio web del Patriarcado también se pueden encontrar las breves introducciones al Antiguo Testamento (en árabe, P. Issa Hijazin) y al Nuevo Testamento (P. David Neuhaus), que siguieron al Domingo de la Palabra de 2022.