JORDANIA - El 13 de enero de 2023, en la Iglesia del Buen Pastor del Centro de Nuestra Señora de la Paz en Amman, Su Beatitud Pierbattista Pizzaballa, Patriarca Latino de Jerusalén, presidió la ordenación sacerdotal de los diáconos Michael Munther Al-Thib, de la parroquia de la Inmaculada Concepción (Husson), y Yazan Farid Bader, de la parroquia de Mar Elias (Wahadneh).

La Misa fue concelebrada por Monseñor Fouad Twal, Patriarca emérito, Monseñor Jamal Daibes, Vicario Patriarcal en Jordania, Monseñor Joseph Jebara, Arzobispo melquita católico de Jordania, Monseñor Salim Al-Sayegh y Monseñor Giacinto-Boulos Marcuzzo, Obispos eméritos, los obispos de la Coordinación de Tierra Santa, así como así como el Padre Bernard Poggi, rector del seminario de Beit Jala. Asistieron a la celebración numerosos sacerdotes, diáconos, Religiosas y fieles.

En su homilía, Su Beatitud comentó el amor incondicional de Cristo demostrado en la lectura del Evangelio (Juan 13, 1-17) sobre Jesús lavando los pies de sus discípulos. Dirigiéndose a los dos nuevos sacerdotes, les dio consejos a tener en cuenta al iniciar su ministerio: "El amor es una forma de vida. Se aprende cada día y no se basa en los sentimientos. Sólo a través de vuestra relación personal con Cristo seréis capaces de amar y servir a la gente sin medida", añadió. "No esperéis gratificación... Vuestra vida ya no es vuestra, sino de Cristo. Más de Él y menos vuestra".

Tras la homilía, el Padre Iyad Bader, padrino de Yazan, y el Padre Issa Hijazin, padrino de Michael, acompañaron a los dos diáconos mientras proclamaban su deseo de recibir el sacramento del sacerdocio. El coro respondió cantando su declaración como símbolo de la unión de la tierra y los cielos en el cumplimiento de su deseo. A continuación, el Patriarca y todos los obispos y sacerdotes extendieron sus manos sobre las cabezas de los futuros sacerdotes para ofrecerles el sacramento mediante el don del Espíritu Santo. Junto con los demás sacerdotes, los dos diáconos se vistieron a continuación con su vestimenta clerical, antes de que el Patriarca les ungiera las palmas de las manos con el óleo santo de Myron y les entregara el Cáliz y el Pan.

La multitud se alegró con cantos para celebrar a los dos nuevos sacerdotes del Patriarcado Latino.

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