Profesión perpetua de Hermana Olive de Misericordia en el Carmelo de San José

Published: August 21 Mon, 2017

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Profesión perpetua de Hermana Olive de Misericordia en el Carmelo de San José

ISFIYA – El 15 de agosto de 2017, solemnidad de la Asunción de la Virgen María, la hermana Olive de la Misericordia hizo su profesión perpetua en el Carmelo de San José, Isfiya, en el Monte Carmelo.

Las Hermanas Carmelitas de San José están asentadas en Tierra Santa en Haifa desde 1905,  y llevan más de una década en Isfyia. Es allí donde una comunidad de seis monjas dirige un albergue estudiantil, una casa de peregrinos, organiza varios retiros, sesiones de estudio y de oración, y participa en la vida de las parroquias melquitas y maronitas locales.

Una de ellas es la hermana Olive, una congoleña de Katanga. “Impresionada por el testimonio de unidad entre oración y acción, entre la vida de fraternidad y apostolado que la comunidad de carmelitas de San José en Lubumbashi le había dado”, decidió consagrar su vida a Dios ingresando en esa congregación. Descubrió su vocación a la vida consagrada en el marco de los movimientos juveniles de su parroquia de origen.

La profesión perpetua de la hermana Olive fue presidida por el Obispo Marcuzzo, Vicario Patriarcal en Israel, en la Iglesia maronita de Saint Charbel. La ceremonia, celebrada por una docena de sacerdotes carmelitas, maronitas y melquitas, contó con la presencia de todas las carmelitas de San José de Israel y de la Superiora General, hermana Anne-Marie, quien recibió los votos de la hermana Olive. Muchas hermanas religiosas de Galilea y fieles locales de Haifa, así como grupos de peregrinos belgas y franceses que participaban en una “Biblia sobre el Terreno”, fueron testigos del momento de la profesión perpetua en la vida de una hermana religiosa.

En su homilía, refiriéndose al lugar (Monte Carmelo), a la fiesta del día (la Asunción de la Virgen) y al contexto social, religioso y cultural en el que tiene lugar esta nueva profesión, el Obispo recordó a la hermana Olive los tres pilares sobre los que debe construir su vida religiosa: “Ser testigo vivo hoy de la elección de Dios, como San Elías. Ser un signo de esperanza y alegría, como nos invita la fiesta de la Asunción que celebramos. Estar comprometido en un servicio verdaderamente “católico” (universal) de todos, siempre y en todas partes, tal y como es su propia vida: una religiosa congoleña de una congregación de origen francés, comprometida en Israel, con cristianos árabes, del rito latino en una iglesia maronita, en medio de una población melquita!”.

Después de una ceremonia cosmopolita -las lecturas y partes ordinarias fueron leídas en árabe, la profesión solemne en francés y la homilía en ambos idiomas- tuvo lugar una celebración amistosa y fraterna en el patio de la Casa de Peregrinos, para que todos pudieran felicitar a la hermana Olive y disfrutar el ambiente festivo, que fue animado con muchas canciones.

Texto de nuestro corresponsal de Haifa. Fotos: S.G.