JERUSALÉN – El 16 de octubre de 2022, dentro de la concatedral del Patriarcado Latino de Jerusalén, Fadi Kandah, Malek Al-Qalanzeh y Jiries Abu Khalil, estudiantes del seminario patriarcal de Beit Jala, fueron admitidos a las órdenes sagradas durante una celebración presidida por el Monseñor William Shomali, Vicario General del Patriarcado.
Durante la misa, que fue concelebrada por Monseñor Giacinto-Boulos Marcuzzo, Obispo emérito y el Padre Nikodemus Schnabel, OSB, Vicario Patriarcal para los Emigrantes y los Solicitantes de Asilo, los tres jóvenes vistieron por primera vez el hábito clerical, símbolo de su futura misión como sacerdotes y pastores del pueblo. Durante su homilía, Monseñor Shomali destacó el significado espiritual del hábito, citando a San Pablo (Gálates 3,27): Todos los que habéis sido bautizados en Cristo os habéis revestido de Cristo.
"Hoy es un día de alegría para la Iglesia y para el Patriarcado Latino, porque tres de nuestros jóvenes han respondido públicamente a la llamada de Dios", dijo. "Han demostrado que están dispuestos a vivir su vida siguiendo las virtudes de Cristo, y poniéndolas al servicio de los demás". Dirigiéndose directamente a los jóvenes seminaristas, añadió: "Al revestirse de esta prenda, se revisten de Cristo... Que os sirva de ejemplo; caminad por su camino lleno de virtudes, humildad, pureza, amor y servicio a los demás. Que vuestra vida sea como la suya, llena de oración y en comunión con el Padre"; también, antes de concluir, les felicito a ellos y a sus familias, algunas de las cuales pudieron asistir a la celebración.
Entre estos nuevos ingresos, todos en su primer año de teología, se encuentra Malek, de 29 años, nacido en Kerak (Jordania). Tras completar sus estudios de arqueología y turismo en la Universidad jordana de Mutah, se incorporó al seminario de Beit Jala en 2019. La celebración que tuvo lugar ayer representa para él "los primeros pasos en mi camino hacia el sacerdocio. Al llevar el hábito de Cristo, espero que se convierta en una parte integral de mí, en un faro en mi vida, que me permita ser cada día más como Él". Haciéndose eco del versículo que él y sus dos hermanos eligieron para la celebración, Manteneros, pues, firmes: ceñid vuestros cuerpos con la verdad; revestíos de la coraza de la justicia (Efesios 6,14), pidió a Dios "la gracia de ser un testigo fiel y un buen servidor".
Como Malek, Fadi, de 28 años, también nació en Jordania. Este es su quinto año en el seminario de Beit Jala, donde ha estado aprendiendo inglés y francés, además de estudiar filosofía y teología. "Al principio de la misa, me sentía como siempre", describe. "Pensé que sería como todas las demás celebraciones a las que he asistido. Pero cuando empezó de verdad, me puse muy nervioso: me di cuenta de que esta vez era yo quien iba a decir "sí". Para mí, este "sí" significa más responsabilidad y compromiso, pero también que estoy más cerca de cumplir la voluntad de Dios".
En cuanto a Jiries, un seminarista de 21 años de Jifna que llegó a Beit Jala en 2014, la celebración fue "un regalo de Dios, que me sentí bendecido de recibir. Fue cuando estudié filosofía en el seminario cuando sentí la certeza de que Dios me llamaba al sacerdocio, y hoy, después de esta celebración, quiero pedir a todos que recen por mí para que pueda llegar a ser un buen sacerdote."
Una gran alegría para todos, la celebración tuvo un gran significado no sólo para los tres jóvenes, sino también para sus hermanos seminaristas, sus profesores y sus familias. Como dijo una vez el Papa Juan Pablo II: "Si el mundo se vuelve hacia el sacerdote, es porque mira a Jesús: nadie puede ver a Cristo, pero todos ven al sacerdote, y a través de él, todos desean vislumbrar al Señor".