TIERRA SANTA - La comunidad cristiana ecuménica francesa de Taizé, fundada por el Hermano Roger Schütz en 1944, organizó este año una peregrinación de una semana a Tierra Santa, centrada en el tema de la esperanza, y que cada día se desarrolló en un lugar emblemático de la tierra de Jesús. El evento, que se pospuso varias veces debido a la pandemia de COVID-19, reunió a muchos jóvenes de todo el mundo.
Taizé era originalmente un pequeño pueblo de Borgoña en el que el Hermano Roger acogió a refugiados durante la Segunda Guerra Mundial y luego, con la ayuda de sus hermanos, a huérfanos privados de sus familias a causa del conflicto. Poco a poco, a la hermandad se unieron otros en su acción, y en 1949, el grupo se comprometió a una vida común de simplicidad, celibato y ayuda mutua.
Hoy en día, la comunidad de Taizé cuenta con un centenar de hermanos y acoge a más de 100.000 jóvenes en peregrinación cada año. También ofrece muchas actividades para los jóvenes: diálogos interreligiosos, conferencias, debates, momentos de oración y reflexión, etc., así como peregrinaciones por todo el mundo. En 2020, el prior de la comunidad, el Hermano Alois, decidió organizar un "encuentro internacional de jóvenes" en Tierra Santa en colaboración con las iglesias locales y el Instituto Ecuménico de Tantur. Bajo el título "Viajando juntos hacia las fuentes de la esperanza", este proyecto, que no finalizará hasta 2022 debido a la pandemia del COVID-19, ofreció a los jóvenes de entre 18 y 35 años la oportunidad de descubrir de forma diferente el país donde nació Cristo.
Además de los momentos de oración en común, las visitas a los lugares santos y los intercambios con los cristianos locales, los jóvenes de Taizé también pudieron beneficiarse de la presencia de varios líderes y Patriarcas de las Iglesias locales durante su semana de peregrinación. Tras un encuentro con el Patriarca greco-ortodoxo Teófilo III, los jóvenes peregrinos pudieron también participar en una oración común en presencia de Su Beatitud Pierbattista Pizzaballa, Patriarca Latino de Jerusalén, en el Terra Sancta College de Belén. Invitado a pronunciar unas palabras, éste articuló su discurso en torno a tres términos: paz, justicia y perdón. "Sin paz, no puede haber justicia; sin justicia, no puede haber perdón. Por lo tanto, debemos hacer la unidad entre estos tres elementos, teniendo en cuenta que esta unidad sólo se puede lograr a través de nuestro Señor Jesucristo. Sin él, no somos capaces de superar nuestros odios y resentimientos.