El sábado 18 de octubre de 2025, S.B. el Cardenal Pierbattista Pizzaballa, Patriarca Latino de Jerusalén, presidió una Misa en la Iglesia de Santa Ana en celebración de la vida del Cardenal Charles Lavigerie, fundador de los Padres Blancos (Misioneros de África). El Cardenal Lavigerie estableció su presencia en Jerusalén en 1878, instruyéndoles a trabajar por la unidad cristiana, respetar las tradiciones locales y participar en obras de caridad, un legado que sigue vivo en la Iglesia de Santa Ana.
El 200º aniversario del nacimiento del Cardenal Lavigerie se celebrar durante 2024-2025 con diversos eventos, incluyendo misas, conferencias y reflexiones, en honor a su perdurable legado espiritual y misionero.
La Misa fue concelebrada por Mons. Ilario Antoniazzi y Mons. Boulos Marcuzzo, junto con varios sacerdotes que sirven en la Iglesia de Tierra Santa, en presencia de la comunidad keniana y de numerosas órdenes religiosas.
En su homilía, Su Beatitud subrayó la llamada de la Iglesia a vivir el espíritu de las Bienaventuranzas, especialmente el de la mansedumbre. Advirtió contra la ilusión de que la paz puede lograrse por nuestra propia fuerza, recordando a los fieles que la verdadera paz es la paz de Dios que habita en nosotros.
Refiriéndose al pasaje del Evangelio donde los apóstoles fueron enviados de dos en dos, señaló que ofrecieron la paz a cada casa a la que entraron; sub embargo, dependía de cada uno recibirla libremente. "La paz no se puede imponer", dijo. "A menudo ardemos de celo por traer la paz, pero a menos que la paz habite en nosotros, nuestros esfuerzos permanecen vacíos. Lo que debería movernos no es el deseo de resultados, sino la paz que ya llevamos en nuestros corazones."
Su Beatitud también destacó la importancia de fomentar un sentido de comunidad dentro de la Iglesia — de ser uno en nuestro testimonio ante el mundo — porque es a través de la vida compartida y el humilde testimonio que la presencia de Jesús se hace visible.
La Misa concluyó con un himno de acción de gracias al Señor, en agradecimiento por Su obra entre Su pueblo a través de la vida del Cardenal Lavigerie, y por todo lo que el Espíritu Santo realizó a través de él al llevar la luz del Evangelio al mundo.