El lunes 7 de octubre de 2024, Su Beatitud el Cardenal Pierbattista Pizzaballa, Patriarca Latino de Jerusalén, dirigió una Hora de Oración por la Paz en la Pro-Catedral del Patriarcado Latino, en respuesta al llamamiento del Papa a toda la Iglesia Católica para observar un día de oración, ayuno y arrepentimiento por la paz mundial, con especial atención a Tierra Santa.
Asistieron a la vigilia de oración el antiguo Patriarca Michel Sabbah; Mons. William Shomali, Vicario General; Mons. Giacinto-Boulos Marcuzzo; el P. Francesco Patton, Custodio de Tierra Santa, así como varios sacerdotes, religiosas, seminaristas y personalidades oficiales, además de fieles de la Diócesis.
El acto comenzó con la Exposición del Santísimo Sacramento, seguida del rezo del Santo Rosario, en honor de la fiesta de Nuestra Señora del Rosario. El servicio continuó con las Vísperas y concluyó con una procesión del Santísimo Sacramento, durante la cual los sacerdotes del Patriarcado Latino y los seminaristas de Beit Jala dirigieron los himnos.
Durante la oración, el Cardenal Pizzaballa pronunció un discurso en el que expresó su gratitud al Papa por su apoyo y solidaridad, y a todos aquellos que han mostrado su apoyo espiritual y han aportado fondos para la población de Tierra Santa. Abordó la postura de la Iglesia ante el reciente estallido de la guerra, condenando la violencia, la destrucción y la pérdida de vidas. Reiteró el llamamiento de la Iglesia al diálogo, la comprensión, el perdón y la paz.
«En este tiempo en que la violencia parece ser el único lenguaje, seguiremos hablando y creyendo en el perdón y la reconciliación», dijo el Cardenal Pizzaballa. «En este tiempo lleno de dolor, queremos y seguiremos usando palabras de consolación y dando consuelo concreto e implacable allí donde el dolor crece. Aunque tengamos que empezar de nuevo cada día, aunque se nos pueda considerar irrelevantes e inútiles, seguiremos siendo fieles al amor que nos ha conquistado y seremos personas nuevas en Cristo, aquí en Jerusalén, en Tierra Santa y dondequiera que estemos».
En respuesta a la invitación del Cardenal, varias parroquias del Patriarcado Latino de Tierra Santa y Jordania participaron en oraciones, Misas y Horas de Adoración, uniéndose en oración por la paz en Tierra Santa y Oriente Medio. Las reflexiones se centraron en las palabras de San Pablo en su primera carta a los Corintios: «Si una parte sufre, todas las partes sufren con ella; si una parte es honrada, todas las partes comparten su alegría» (1 Corintios 12,26).