El domingo, 9 de noviembre de 2025, Mons. Iyad Twal, Vicario Patriarcal Latino en Jordania, presidió la Misa en la Iglesia Latina del Inmaculado Corazón de María en Fuheis, para bendecir la Iglesia después de los recientes trabajos de restauración realizados en el edificio.
Concelebraron el P. Ibrahim Nino, párroco, junto con el P. Romen, las Hermanas de la parroquia, representantes de los diversos grupos apostólicos, y los fieles, que llenaron nuevamente la iglesia con corazones llenos de alegría, dando gracias a Dios por esta bendición.
Al comienzo de la celebración, Mons. Twal bendijo el agua bendita y la roció sobre los fieles y en las paredes de la iglesia, simbolizando el regreso de la vida litúrgica a la Iglesia después del período de renovación y restauración.
"La renovación de la iglesia no es solo sobre la piedra, sino también una invitación a los fieles a renovar sus corazones y su fe", dijo Mons. Twal en su homilía, mientras reflexionaba sobre el significado de la renovación desde una perspectiva espiritual y física. Hizo una llamada a los fieles a ser "una Iglesia viva y activa, llena de amor y de la presencia de Dios, convirtiéndose en morada de Dios, y su presencia pueda ser visible en la vida de cada persona".
Su Excelencia expresó su gran alegría al compartir este momento especial con la parroquia, diciendo: "Me complace estar hoy con ustedes para celebrar el fruto de los benditos esfuerzos que han realizado para renovar la casa de Dios. Esta iglesia no es simplemente una bella estructura de piedra y decoración, sino un testimonio de su fe y una muestra de su amor por la Iglesia".
También expresó palabras de aprecio y gratitud a todos los que contribuyeron al proyecto de restauración, incluyendo a los feligreses, benefactores y los comités de trabajo, reconociendo su cooperación y dedicación en servir a la Iglesia y a la comunidad en general.
Al concluir la Misa, se leyó un mensaje de Su Beatitud Cardenal Pierbattista Pizzaballa, Patriarca Latino de Jerusalén, en el cual expresó su agradecimiento y alegría por la diligencia, la unidad y la dedicación inquebrantable de los feligreses hacia su Iglesia y comunidad.
Esta bendita celebración reafirma que la parroquia del Inmaculado Corazón de María concibe la iglesia no solo como un edificio, sino como un hogar que reúne a los fieles alrededor de un mismo altar, donde el cielo y la tierra se encuentran en cada Misa, oración y acto de amor mutuo.




