Transcripción de la Homilía de S.B. el Cardenal Pizzaballa, domingo 20 de julio de 2025.
Iglesia de la Sagrada Familia, Ciudad de Gaza, Franja de Gaza
16º domingo del tiempo ordinario Año C
Queridos hermanos y hermanas,
Me alegro de estar de nuevo entre vosotros en estos días trágicos. Era importante estar aquí con el Patriarca Teófilo, para mostrar la unidad de la Iglesia y la solidaridad de todas las Iglesias del mundo con vosotros. Las demás Iglesias de Jerusalén están un poco celosas del Patriarca Teófilo y de mí, porque todas querían estar aquí. Esto significa que todos estamos presentes aquí, con vosotros, en espíritu y dispuestos a apoyarlos. Permítanme reiterar una vez más que nosotros, como cristianos, no pensamos solo en los cristianos. Nuestro corazón está abierto a todos. Es importante recalcar esto. Estamos agradecidos por todo lo que hemos podido hacer por vosotros aquí, pero también nos preocupa todo lo que está sucediendo en toda Gaza.
No os hemos olvidado. Están en los corazones de todas las Iglesias y cristianos del mundo. Cuando regrese a Jerusalén, puedo asegurarles que haremos todo lo posible para detener esta guerra sin sentido. Trabajaremos en ello y, al final, lo lograremos.
En la Primera Lectura, el Patriarca Abraham está a la entrada de su tienda. Esto me recordó a todas las tiendas que vi en estos días a lo largo del camino. Abraham estaba fuera de la tienda. Era anciano, Sara también. No tenían hijos, lo que significaba que ya no tenían perspectiva de vida. Y aquellos tres hombres, que son el símbolo del paso de Dios, lo visitaron. Según la tradición, estos tres hombres simbolizan la presencia de Dios. Recuerda el famoso icono de la Trinidad de Rublev. Así que Dios lo visitó, y como consecuencia de la visita de Dios, Abraham recibió la promesa de vida, un hijo.
Debemos orar por la visita de Dios entre nosotros. Pero también debemos orar para poder reconocer esa presencia. Quizás no lo noten porque viven aquí, pero cada vez que vengo - desafortunadamente no a menudo - puedo dar fe de que si, ¡Dios ya los ha visitado! Porque veo en su presencia, en mucha gente, vida dentro de vosotros. En este mar de muerte, de destrucción, la vida está presente. Dondequiera que haya alguien dispuesto a dar la vida por el otro, Dios está presente. Veo mucha solidaridad; mucha gente dispuesta a dar su vida, a ayudar. En este mar de odio y violencia, que es un claro signo del poder del diablo - que está presente y es muy poderoso - (fuerte ruido de explosión), en este mar de violencia vemos y experimentamos que el Diablo, a pesar de ser tan poderoso, no puede extinguir la vida en nosotros. Así que debemos ser fuertes y seguir siendo una presencia viva aquí.
El segundo punto que entiendo del Evangelio, y me lo digo primero a mí mismo. Hay muchas cosas que hacer aquí en Gaza. Las emergencias están por todas partes. Me han hablado de eso. Muchos de vosotros mencionaron los problemas de la vida aquí, se preocupan por el futuro... y los hospitales, y Caritas y todas las cosas que tenemos que hacer. Tenemos que estar presentes y hacer todo lo posible, por supuesto, pero no debemos convertirnos en Marta. No debemos permitir que estas cosas controlen nuestras elecciones.
Las cosas por hacer serán enormes y no podemos hacerlo todo.
Entonces, no tenemos que permitir que las cosas que tenemos que hacer determinen lo que debemos hacer. El amor de Dios en nosotros debe determinar lo que debemos hacer. Tenemos que escuchar a Dios primero, y si lo escuchamos haremos todo lo necesario, pero con la actitud correcta. Y esto nos abrirá a crear relaciones, a expandir nuestro amor, porque lo primero que necesitamos en Gaza, en Tierra Santa y en todas partes, no es tanto resolver todos los problemas, hacer todo tipo de cosas (imposible de hacer), sino cómo dar expresión al amor que hay en nosotros. Y el amor que hay en nosotros debe ser ante todo el amor de Dios. Con el amor de Dios en nosotros, también podremos realizar todo lo necesario.
Así que, quiero agradeceros vuestro ejemplo. Cada vez que vengo aquí, regreso con más de lo que aprendí de lo que di. Permaneced unidos en Jesús. Todo el mundo os está mirando. Seguid siendo la luz aquí en Gaza, no solo para vosotros y para Gaza, sino para todos nosotros. Que el Señor os bendiga a todos.
Y la próxima vez que estemos aquí disfrutaremos del Mansaf, Mashawi y también del bouza (helado).
+Pierbattista
*Traducción de la Oficina de Medios del Patriarcado Latino